lunes, mayo 23, 2005

Crónica: Campeão 04-05



El 22 de Maio, fué un día histórico para el Benfiquismo, trás once años, el Benfica (SLB) ganó la liga en Portugal... pocos dirán que no merecía ganar, pues es uno de los clubes con más adeptos a nivel mundial. El partido se jugó en el estadio del Boavista en O'Porto, mientras en esa misma ciudad, el Porto, necesitaba ganar su partido y que el Benfica perdiera para conseguir ser campeón de liga... (para aquellos menos iniciados en la liga portuguesa, señalar que en Portugal y tres grandes equipos: Porto, Benfica y Sporting que vienen siendo algo así como Barcelona, Real Madrid y At.Madrid y de paso saludo a Bardanca) Así os podréis imaginar un Barça-Madrid jugándose en la ciudad contraria... y ambos con opciones para ganar. Pues allí nos fuimos invitados por el jefe a ver el partido, estabamos bien situados, con buena vista sobre el terreno de juego y como es lógico no nos perdimos los goles. El resultado final, 1-1, consecuencia: El SLB, ganó la liga y ese momento, una marea roja inundó las calles de O Porto.

La celebración ruidosa pero pacífica por parte de la hinchada Benfiquista, se centró por los alrededores del estadio, para luego dirigirse, unos en el maletero del coche, otros en el techo del autobus, nosotros en coche particular y otros andando, hacia el Castelo de São Francisco Xavier, más conocido por Castelo do Queijo; para esperar allí al autobús con los jugadores del Benfica... Después de casi una hora, por fin apareció el apareció el autobús y la gente enloqueció.

Yo como le hecho mucho murro, pensé para mí, yo de esta celebración tengo que llevarme un recuerdo... y así fué, me situé en una posición estratégica cercana al autobús y cuando estaba a mi lado, saludé a los jugadores como un aficionado más, en ese momento noté que uno de ellos correspondía el saludo y me dije, tú eres mío, y así fue. Le dije con gestos que me diera su bufanda, y el como es lógico no me la dió. La segunda vez que se la pedí, 100 metros más arriba, se acordaba de mí y dudó, y pensé para mí, esa bufanda es mía. Se la volví a pedir, y en vez de decirme que no, me dijo con gestos, que no podía dármela en ese momento, que más arriba me la daba (una actitud en cierto modo lógica, si no todos los jugadores tendrían que tirar algo). Por lo que, yo seguí corriendo... recordemos que en esa altura, ya había empezado el gimnasio (llevaba dos días)... con lo que correr al lado del autobús no suponía para mí ningún esfuerzo, por lo menos los primero 500 metros.

Pero conseguir la bufanda no iba a ser tarea fácil, pues a parte de tener que lidar con el resto de aficionados que eran muchos, también tenía que hacerlo con el personal de seguridad que rodeaba el autobús y que también corrían a la par, y con la policía... y si mis amigos, en más de una ocasión casi voy al suelo, pues ¿que ocurre cuando hay tanta gente a la que esquivar?... que tienes que ir dando saltos... y ¿que ocurre cuando saltas?... que algún policia o miembro de seguridad decide empujarte... y ¿que ocurre cuando te empujan y ninguno (o al menos uno) de tus pies no está en el suelo?... exacto, pierdes el equilibrio y te caes. Pero con mi reciente buena forma física, no me caí en ningún momento y como guepardo persiguiendo a su presa, aprovechaba esas pérdidas de equilibrio para cambiar mi ruta e ir por caminos más tranquilos y de esa forma, que me perdierán de vista por unos instantes.

Durante todo el trayecto, me adelantaba al autobús, paraba y esperaba a que pasara de nuevo el autobús para recordarle que SU bufanda, era MI bufanda y que no se olvidara de devolvérmela. De vez en cuando, para evitar el tumulto corría entre el personal de seguridad y la policía, pues quedaba en medio un hueco entre la espalda de uno y otro que miraba hacia otro lado... pero eso sólo me duraba el tiempo que tardaban mirar para otro lado. La gente molestaba, pero como iba como un policía más, y estaban mirando para el autobús... un empujón y espacio generado.

Al final, tras varios kilómetros, y después de que la policía me dijera que ya no podía continuar... y yo continuaba... conseguí el buscado tesoro... una bufanda de un jugador del Benfica. Ahora quedaba la parte difícil, regresar, deshacer todo el camino, y mira que me cansé de caminar. No pensé que corriera tanta distancia. Cuando llegué al punto de partida, allí me estaban esperando mis compañeros de la foto, que al enterarse de mi proeza, querían robármela...

Allí me informaron de quien era el jugador que me había dado la bufanda, se trataba ni más ni menos que del defensa central André Luís... el cual jugó un partido en toda la liga...así que supongo que me dió su bufanda, por pensar que yo sabía quien era él, si fué así, pobre inocente. Pero desde aquí, le doy las GRACIAS.

Al final y para descansar de toda la noche (serían las dos de la mañana) nos fuimos a cenar a un bar que estaba en las afueras de O'Porto, las famosas francesinhas a un bar que nada más entrar me hizo poner la piel de gallina, pues las paredes estaban decoradas con fotografías y recuerdos de uno de los mejores pilotos de fórmula 1, Ayrton Senna.

Después de cenar, cogimos los coches y regresamos para Guía, el jefe Arlindo, o Pedro Amandi (escutero y amigo de Arlindo), mi compañero Gerardo y yo, pues al día siguiente había que ir a trabajar a las nueve y media... y como es lógico, allí estuvimos.

En resumen, fue una noche para recordar siempre y para llevar el color rojo dentro...








1 Comentarios:

Anonymous Anónimo me comentó...

Buena descripción de forofo
corredor en busca de bufanda,me he reido con ganas imaginándote ...
Abur.
Ana

domingo, junio 26, 2005 12:32:00 a. m.  

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